"Ya no hay vuelta atrás, porque ya no hay lágrimas que valgan"
"Y a mí los ojos para ver"
Ahí voy, con diez mil sentidos instalados en las pupilas, acrecentados por el color de sus ojos, de ese ser invisible que constantemente aparece ante mí sin darme su nombre. Ente extraño que cambias de parecer, acércate y déjame mirarte, que para eso alguien construyó la mirada.