"Déjate de solticios y pollas y escribe la tercera parte del Cluedo, mamona"
Hoy tenía ganas de reflejar el comienzo del día de ayer. Rafiki supo recrear el profundo sentir que todos teníamos con estas bellas palabras. Un grande sin duda.
La rubia de la biblioteca nunca supo lo que hicimos con ella. Pobre.
El día fue completo, lo tuvo todo, lo positivo y lo negativo. Curvas y rectas conjuntas. Y los goles de Villa y de Iniesta.
Luego, alemanas, suecas y danesas cayeron a nuestros pies con encanto de la noche. Decirlo así suena raro. Nada es lo que parece jajajajaja.
A lo que vamos:
"Feels like Im falling
But Ill never touch the ground
Falling up"
Llegó la mañana siguiente y el destello volvió a destrozarme las pupilas a las 8 de la mañana. Nada, no consigo dormir. Claude Kelly me pegó un toque y no pude hacer otra cosa que levantarme. Falling Up. No tengo más remedio que evitar la caída con mis propias fuerzas. No voy a caer. I'll never touch the ground.
I todo sigue su curso. La constante juega a ser la variable, pero la segunda pesa más que la primera. Todo sigue transformándose hasta cambiar.
El silencio habla por sí solo y a veces, certifica lo que no se confirma con palabras. Punto, coma, punto y coma. Punto y final. La persona que debería mediar sigue escondida entre miedos, hechos y palabras, por lo que la sensación sigue siendo la misma. Nada de peros. La valla sigue estando tan alta que apenas puedo divisar su altura, pero también sé agacharme y buscar el hueco. No me busquen, porque no voy a soltar nada. Ahora es cuando yo voy a jugar con el silencio.
Las horas pasan y también los días, los exámenes, las vacaciones y las conciencias y tarde o temprano, como ya sucede, los cambios de actitud salen a la luz. Los veo y ni actúo, ni le doy vueltas, ni reflexiono; espero. Tendré muchos defectos, pero la paciencia en temas como estos nunca me ganará y además sé cómo amañar la partida. Llevo poker de reyes (con tres comodines)...es dificil superarme.
A poquito que tenga la oportunidad, voy a abrir la ventana, echar un vistazo, contemplar el sol mañanero, comerme un cigarrillo de chocolate y apostarlo todo. All-in.
Aunque tenga algo que perder, no soy yo el que ha comenzado esto ni el que lo vaya a seguir, pero lo voy a frenar si sigue desquiciando a personas que no tienen por qué pasar esto.
Todo hasta que el domingo vuelva a disfrutar de dormir, o soñar, porque desde hace una semana no entiendo el significado de "8 horas de sueño...ni 6 siquiera". Hoy vuelvo a despegarme del sofá que dejé atrás para volver a dormir poco.
Sigo viendome en una burbuja avanzando cautamente hacia esa realidad paralela que tanto ama Ruibobille. Con un color grisáceo, visiono todo lo que me rodea y poco a poco me sorprendo más de lo que veo y dejo de ver.
Seguramente después de este finde, el reloj de arena volverá a darse la vuelta para entender que los granos deben de caer del lado opuesto, para comprobar que la vida, tiene más caminos que el de seguir hacia delante con los ojos vendados.
sábado, 26 de junio de 2010
viernes, 25 de junio de 2010
ARY
Hoy la música explota en mis nuevos auriculares. Poco la he escuchado y cuando he llegado a casa, cansado a las 3 de la mañana, he pensado en dejarla un día de lado, sólo una vez, lo prometo.
Un día bastante extraño, no sabría calificar las sensaciones de hacer un examen, saber que has suspendido otro, saber que puedes recuperarlo, que has terminado, que en realidad no, que Bla, bla, bla.
Nada, fútbol, más fúbtol, también España. Ganamos y punto, a pensar en otra cosa...por ejemplo chatroulette. Fue grandioso. Chorrada tras chorrada.
No escribo bien con 5 horas de sueño y tras pasar casi 21 seguidas sin dormir. Voy a morir.
Esto no tiene ningún sentido, ni tampoco el vídeo, pero necesitaba hacer un homenaje.
LEGENDARY
jueves, 24 de junio de 2010
What am I doin', What are you doin'
Despierto con la incógnita del jueves 24 de julio y con una nueva noticia, ya tengo prácticas. Cambio el verde por el rojo. Irónico. Especial. Mi santo. 4 felicitaciones, contadas.
Anhelaré acostarme a las 4 de la mañana sabiendo que a las 7 y media, 8 tendré que estar de camino a Nervión. La radio me ilusiona tanto que no puedo describirlo con palabras. Llega el primer verano con agobios, con curro, con verdaderos exámenes para septiembre y con más ganas que nunca de disfrutar. De todos vosotros. Ahora creo que os necesito más que nunca. Rafiki y todos los mamones que lo perseguís descalzos, sabeis de lo que os estoy hablando.
El filo de esa navaja no tiene fin. La agarras con tantos nervios que puedo vislumbrarla bajo tu regazo y ahora, se también quién te ayuda a mantenerla firme. Pesa demasiado. No es tan fácil empuñar una daga como esa y atacar, además es una misión demasiado dificil para una sola persona. Déjame advertirte que poco a poco, esa hermosa daga de cristal se irá convirtiendo en un serrucho de plástico que no tendrá siquiera capacidad para destrozar a un playmobil. Recuerda, seas quien creas que seas al leer esto, soy ancho, anchísimo de espaldas.
El no entenderlo no creas que se equipara a la indiferencia que puedo sentir, porque no sé siquiera como puedo actuar. Todos lo saben, muchos actúan, otros callan. Yo dudo porque tengo demasiados sentimientos cruzados como para comenzar a destruirlos sin que quieras contarme lo que está pasando.
Indeciso, camino a regañadientes hacia mi destino sin creer en él. Confío más en mí mismo y por ello voy a salir adelante a pesar de tantas zancadillas. Muchas. Algunas no las veo, las noto. Otras las tengo tan cerca que puedo olerlas. Prefiero callar y sentirme mudo para aparentar normalidad.
La fragilidad sigue jugando conmigo a deshoras.
No hay protagonistas en un relato que cuenta mi propia historia y ahí cualquiera puede entrar sin darse cuenta y destrozar lo que llevo escrito en la palma de mi mano. TINTA TRANSPARENTE, INDISOLUBLE, ETERNA.
¿He contado alguna vez que me encanta escribir? Sí, tengo tintas de miles de colores.
Anhelaré acostarme a las 4 de la mañana sabiendo que a las 7 y media, 8 tendré que estar de camino a Nervión. La radio me ilusiona tanto que no puedo describirlo con palabras. Llega el primer verano con agobios, con curro, con verdaderos exámenes para septiembre y con más ganas que nunca de disfrutar. De todos vosotros. Ahora creo que os necesito más que nunca. Rafiki y todos los mamones que lo perseguís descalzos, sabeis de lo que os estoy hablando.
El filo de esa navaja no tiene fin. La agarras con tantos nervios que puedo vislumbrarla bajo tu regazo y ahora, se también quién te ayuda a mantenerla firme. Pesa demasiado. No es tan fácil empuñar una daga como esa y atacar, además es una misión demasiado dificil para una sola persona. Déjame advertirte que poco a poco, esa hermosa daga de cristal se irá convirtiendo en un serrucho de plástico que no tendrá siquiera capacidad para destrozar a un playmobil. Recuerda, seas quien creas que seas al leer esto, soy ancho, anchísimo de espaldas.
El no entenderlo no creas que se equipara a la indiferencia que puedo sentir, porque no sé siquiera como puedo actuar. Todos lo saben, muchos actúan, otros callan. Yo dudo porque tengo demasiados sentimientos cruzados como para comenzar a destruirlos sin que quieras contarme lo que está pasando.
Indeciso, camino a regañadientes hacia mi destino sin creer en él. Confío más en mí mismo y por ello voy a salir adelante a pesar de tantas zancadillas. Muchas. Algunas no las veo, las noto. Otras las tengo tan cerca que puedo olerlas. Prefiero callar y sentirme mudo para aparentar normalidad.
La fragilidad sigue jugando conmigo a deshoras.
No hay protagonistas en un relato que cuenta mi propia historia y ahí cualquiera puede entrar sin darse cuenta y destrozar lo que llevo escrito en la palma de mi mano. TINTA TRANSPARENTE, INDISOLUBLE, ETERNA.
¿He contado alguna vez que me encanta escribir? Sí, tengo tintas de miles de colores.
miércoles, 23 de junio de 2010
When u're mad
Despierto tras un zumbido. Waka, waka. Caen las murallas, todas. El golpe está muy cerca, la presión la siento, se va a cumplir lo que me dijeron hace tres o cuatro semanas. Al final, escribo.
Pienso en la locura que me atraviesa con cada pensamiento.
Me encanta mirar a las personas a la cara, me dicen demasiado más de lo que ellas piensan y no quiero pensar en las que están escondidas tras el humo.
Una vez, hace cuatro años, una persona me dijo que se asustó al encontrarse con mi mirada. Llevo cuatro años preguntándome dónde viajaré y sólo sabría responder que el inframundo me llama a cobro revertido.
Y sigo sonriendo por dentro, observando a mi alrededor, como una presa que no tiene más rival que uno mismo. Pero está rodeado. A pesar de no tener garras, se luchar demasiado bien sin saber lo que pasa a mi alrededor. Me doy cuenta, pero aguanto, casi sólo. El agujero se hace más grande y seguiré aguantando. Repito, algo pasa.
La puñalada cada vez está mas cerca, la huelo. T
Tiene sed y yo no voy a ser su cobaya. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, interminables los números que se repiten en mi cabeza tratando de desvalijar lo que no merece la pena. Confío en mi instinto y aunque la primera sensación sigue provocándome dudas, tengo un moscón demasiado grande detrás de la oreja. Sobrevuela constantemente.
No hay que involucrarse demasiado con las cosas. A veces ese alguien soy yo y muchas veces me ha costado salir de mi propio agujero, muchas veces me han ayudado y estoy super agradecido.
Ahora parece que muchos me quieren empujar. Tengo las espaldas anchas. Empujen, que mi otro yo sabe aguantar. Y el que rie el último, confirma que está loco, totalmente loco.
Pienso en la locura que me atraviesa con cada pensamiento.
Me encanta mirar a las personas a la cara, me dicen demasiado más de lo que ellas piensan y no quiero pensar en las que están escondidas tras el humo.
Una vez, hace cuatro años, una persona me dijo que se asustó al encontrarse con mi mirada. Llevo cuatro años preguntándome dónde viajaré y sólo sabría responder que el inframundo me llama a cobro revertido.
Y sigo sonriendo por dentro, observando a mi alrededor, como una presa que no tiene más rival que uno mismo. Pero está rodeado. A pesar de no tener garras, se luchar demasiado bien sin saber lo que pasa a mi alrededor. Me doy cuenta, pero aguanto, casi sólo. El agujero se hace más grande y seguiré aguantando. Repito, algo pasa.
La puñalada cada vez está mas cerca, la huelo. T
Tiene sed y yo no voy a ser su cobaya. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, interminables los números que se repiten en mi cabeza tratando de desvalijar lo que no merece la pena. Confío en mi instinto y aunque la primera sensación sigue provocándome dudas, tengo un moscón demasiado grande detrás de la oreja. Sobrevuela constantemente.
No hay que involucrarse demasiado con las cosas. A veces ese alguien soy yo y muchas veces me ha costado salir de mi propio agujero, muchas veces me han ayudado y estoy super agradecido.
Ahora parece que muchos me quieren empujar. Tengo las espaldas anchas. Empujen, que mi otro yo sabe aguantar. Y el que rie el último, confirma que está loco, totalmente loco.
i'm falling to pieces
Estudio y no me concentro, pero la dulce voz de esta niña me tiene obsesionado. Otra vez la música. No podré escribir hoy hasta tarde y necesitaba hacerle ver a alguien, a quien sea que entre y lea esto, que esta maravillosa voz existe.
No soy de clásicos xDDD
No soy de clásicos xDDD
martes, 22 de junio de 2010
California
Vuelvo a las andadas. Murakami me hace recaer en el caos una y otra vez. Sus personajes me fascinan, me envuelven en un halo de misticismo que recreo constantemente conmigo mismo al escribir. "La caza del carnero salvaje". En ello estamos.
El japonés siempre ha sido santo de mi devoción y a pesar de libros excesivamente largos, nunca me decepciona. Demasiado interesante como para pensar en leer otra cosa. Creo que conecta conmigo y con demasiada gente que se deja caer en el lado oculto de la lectura para hacerse pasar por cualquiera de sus protagonistas. Desconocidos de un bar, una pareja de amantes incoloros, jóvenes desperdiciando su vida con música y libros, con la personificación de aquella chica que Kafka conoció en aquel tren. Todo me retrotrae a esa atmósfera que quizás, quiera comparar con mis eternas madrugadas.
Secretos. Yo aquí confesaba mis más sinceros secretos. Hoy no me encuentro tan perdido como creía. Uno canciones incomprensiblemente. California, hoteles y chicas calientes. Nunca pensé que podía unir a The Eagles y a Katy Perry. Hoy me quedo con lo primero.
Me reconforta saber que se preocupan por mí. Me, me, me, me. Creo que escribo demasiado de mí mismo, pero ¿dónde hacerlo?
Aquí mismo. Algún momento de tranquilidad. Es de noche, la luna ni brilla ni me contesta cuando le pregunto. Al menos se que no se esconde de mí.
¿Sí o qué?
Sí, espero y me desespero, por ese orden. Paciente y ansioso, en el orden inverso.
Algún sinónimo de la palabra vivir sigue buscando el significado de mi existencia. Me hace falta esa sombra que juegue con mis labios.
Las mañanas se me hacen eternas. Apuntes. Muerte. En uno de esos momentos de impás, huyo hacia la soledad de un espejo. Tonteo, sonrío, me transformo en todas las personas que podría ser. Finalmente me decido por salir a la calle transformado en la persona que se enfrentó con sus convencimientos y sus debilidades a ese espejo por primera vez. A veces me hace cambiar de caracter, a veces me hace olvidar que hay mundo más allá de lo que pueda inventarme ante un simple reflejo de mí mismo.
Si llega a ser realidad, lo comprobaré con el primer sueño y si al despertar lo recuerdo todo, tendré que verte entrar en mi mundo frente a ese espejo. Él tiene la llave, sólo hay que saber usarla.
El japonés siempre ha sido santo de mi devoción y a pesar de libros excesivamente largos, nunca me decepciona. Demasiado interesante como para pensar en leer otra cosa. Creo que conecta conmigo y con demasiada gente que se deja caer en el lado oculto de la lectura para hacerse pasar por cualquiera de sus protagonistas. Desconocidos de un bar, una pareja de amantes incoloros, jóvenes desperdiciando su vida con música y libros, con la personificación de aquella chica que Kafka conoció en aquel tren. Todo me retrotrae a esa atmósfera que quizás, quiera comparar con mis eternas madrugadas.
Secretos. Yo aquí confesaba mis más sinceros secretos. Hoy no me encuentro tan perdido como creía. Uno canciones incomprensiblemente. California, hoteles y chicas calientes. Nunca pensé que podía unir a The Eagles y a Katy Perry. Hoy me quedo con lo primero.
Me reconforta saber que se preocupan por mí. Me, me, me, me. Creo que escribo demasiado de mí mismo, pero ¿dónde hacerlo?
Aquí mismo. Algún momento de tranquilidad. Es de noche, la luna ni brilla ni me contesta cuando le pregunto. Al menos se que no se esconde de mí.
¿Sí o qué?
Sí, espero y me desespero, por ese orden. Paciente y ansioso, en el orden inverso.
Algún sinónimo de la palabra vivir sigue buscando el significado de mi existencia. Me hace falta esa sombra que juegue con mis labios.
Las mañanas se me hacen eternas. Apuntes. Muerte. En uno de esos momentos de impás, huyo hacia la soledad de un espejo. Tonteo, sonrío, me transformo en todas las personas que podría ser. Finalmente me decido por salir a la calle transformado en la persona que se enfrentó con sus convencimientos y sus debilidades a ese espejo por primera vez. A veces me hace cambiar de caracter, a veces me hace olvidar que hay mundo más allá de lo que pueda inventarme ante un simple reflejo de mí mismo.
Si llega a ser realidad, lo comprobaré con el primer sueño y si al despertar lo recuerdo todo, tendré que verte entrar en mi mundo frente a ese espejo. Él tiene la llave, sólo hay que saber usarla.
lunes, 21 de junio de 2010
Barcelona, verano de 1945
Recorro mi soledad cada noche y ayer, sufrí una necesidad angustiosa de no estar solo. Es la primera vez que me pasaba y sí, suelo centrarme en lo negativo, en los puntos negros qur se superponen en los minutos que rodean mi vida. Las madrugadas serían eternas si el sueño nunca me atravesara al caer sobre el colchón. Prefiero no pensar y acostarme con mis propios suspiros. Me asusto unos segundos, nadie me ve, alguien me escucha. Gracias.
Bazinga. El cronómetro sigue parado y me alerta de que vuelvo a la normalidad. 20 preguntas y otro más. Tantas horas frente a la nada para olvidarlo todo al salir por esa puerta. Fuera. En unos días volveré a ser por milésimas de segundo esa otra persona. Inevitable.
Sólo algunos conocen esa faceta. Mejor dejarla escondida, porque ni le gusta aparecer, ni hace buenas migas con nadie, ni conmigo mismo (podría odiarte, pero eres parte de mí).
Mis palabras se quedan desnudas si nadie que las atrape. Ni siquiera hago el esfuerzo, id.
Pienso en Zafón. En su Barcelona, en Bea, en tantas y tantas calles recorridas en la soledad de esas sombras, en Carax. Quiero volver a caer en su historia. Espero que el verano me devuelva la lectura que no he querido buscar.
Tantas cosas que hacer, que todas siguen aparcadas para el verano. Ya ha llegado, ahora sólo hay que aguantar un poco más. Todo es mentalizarse de que acaba el 2. FFXIII, leer, escribir esa novela, jugar con mi soledad sin pensar en el agobio del tiempo, disfrutar al 100% de mis amigos, montar esos vídeos eternos (fin de año, las dos partes del Ventoso, quedadas), la radio, soñar, que el sueño se convierta en realidad y volver a concienciarme de que el verano me encanta. Quizás todo sea una mentira absorbida por la necesidad de absover las agujas del reloj en hechos.
Vuelvo a las Ramblas. Pienso en pasear junto a Daniel por aquel Cementerio de Libros Olvidados, a caminar por sus páginas. Gracias por el descubrimiento.
Ahora sigo buscando sinónimos para describirlo. Busco las sonrisas y las encuentro durante todo el día. Llega la madrugada y un piano te acompaña en cada instante para tranquilizar mis sueños. Ya despertaré.
domingo, 20 de junio de 2010
"Cuando amanezca tormenta, no vale dormir"
El embrujo de la literatura vuelve a tentarme. No lo consigo, me despisto, pienso en mil cosas y acabo volviendo a la noche. Murakami sabe demasiado de eso y es imposible no pensar en sus personajes, en sus historias, en su caos. La música inunda la sangre de sus venas. Siempre está presente el piano.
Sería capaz de releermelo página a página, pero recaigo y cambio. Soy de nombres.
Me falta algo. Prefiero no pensarlo y seguir engañándome hasta darme cuenta. Encajo mis pies con mis huellas y sigue sobrando espacio. Necesito llenarlo, completar esos milímetros que me arrinconan. Dejémoslo en que hoy, tocaba la literatura.
El secreto inconfesable se rompió en sus labios cuando, quizás soñando, la sombra de una sonrisa se posó en la imagen que luego le hizo despertar.
Convertido en un punto de vista omnisciente, reaccionamos ante cualquier movimiento y ruido. La tos de aquel pájaro perturba nuestra mente mientras pensamos que nos observa con una mirada llena de odio. Envidia diría yo.
Volar ya no es una obsesión, es una necesidad restringida por la realidad, es un presagio del primer indicio de la mañana.
La grieta a este lado se sigue abriendo.
Seguimos observando desde la cama cómo la luz avanza inevitablemente hasta su meta.
La luz de la mañana hoy sí se repite con el mismo llanto de ayer. La noche ha acabado, ya falta menos para que nos visiten de nuevo las tinieblas.
Vacilo sobre la nueva luz de las calles cuando llega de nuevo la medianoche. Las nubes desaparecen bajo la luna. Su cuarto creciente sigue indemne entre el destello negro de las sombras como un mensaje oculto en la lejanía. La duda olvida la dualidad y se queda con la soledad de la noche.
Sería capaz de releermelo página a página, pero recaigo y cambio. Soy de nombres.
Me falta algo. Prefiero no pensarlo y seguir engañándome hasta darme cuenta. Encajo mis pies con mis huellas y sigue sobrando espacio. Necesito llenarlo, completar esos milímetros que me arrinconan. Dejémoslo en que hoy, tocaba la literatura.
El secreto inconfesable se rompió en sus labios cuando, quizás soñando, la sombra de una sonrisa se posó en la imagen que luego le hizo despertar.
Convertido en un punto de vista omnisciente, reaccionamos ante cualquier movimiento y ruido. La tos de aquel pájaro perturba nuestra mente mientras pensamos que nos observa con una mirada llena de odio. Envidia diría yo.
Volar ya no es una obsesión, es una necesidad restringida por la realidad, es un presagio del primer indicio de la mañana.
La grieta a este lado se sigue abriendo.
Seguimos observando desde la cama cómo la luz avanza inevitablemente hasta su meta.
La luz de la mañana hoy sí se repite con el mismo llanto de ayer. La noche ha acabado, ya falta menos para que nos visiten de nuevo las tinieblas.
Vacilo sobre la nueva luz de las calles cuando llega de nuevo la medianoche. Las nubes desaparecen bajo la luna. Su cuarto creciente sigue indemne entre el destello negro de las sombras como un mensaje oculto en la lejanía. La duda olvida la dualidad y se queda con la soledad de la noche.
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