miércoles, 21 de julio de 2010

You

Me desperté en la madrugada de ayer con un secreto entre espasmos y sudores. Acababa de tener un sueño y lo recordaba todo. Las imágenes se perpetraban en mi cabeza sin que yo hiciera ningún esfuerzo por recordarlas. Un secreto más que contar antes de que se me olvide.

Hablas de espítirus y tiemblas; piensas en playas y te imaginas una llena de aromas imposibles; escribes una mañana sobre espejos y te terminas viendo en un sueño frente a uno, otra vez.



Me vi a mí mismo esconderme bajo las sábanas de una cama que desconocía. Mi cabeza imaginaba los ángulos muertos de la habitación para dejar de pensar en esos labios que se acercaban imprecisos a su destino. Mi cabeza me pedía un poco más de sentido, pero las fuerzas se desgastaban con la luz del día.

Por suerte era de noche.

El humano intentaba dormir pensando en una frase. "Al acostarme, si pienso en algo, terminaré soñando con ello". Y así fue. Al instante, no más de veinte segundos, el individuo cayó profundamente de costado dejando de lado las sábanas a las que antes se había aferrado con fervor.

La primera imagen fue un espejo. El primer encuentro con un espejo siempre es sorprendente y he de decir, que en el caso de los sueños, cada uno de esos instantes puede serlo.

¿Por qué? (No intentes entenderlo, lo he soñado yo y aun así no lo hago)

No había nada. Yo estaba allí, quizás con un ambiente incorporeo por aquello de estar soñando, pero allí frente a mi otro yo sin reflejo. El espejo no me reconocía, pero actuó como si se hubiera concentrado en mis recuerdos para descomponerme mi vida en imágenes.

La banda sonora de Madeleine Peiroux me hizo temblar sobre mis propios pasos como persona. Visualicé momentos que ni siquiera sabía que mi memoria retenía, uno detrás de otro. Mi niñez, anécdotas familiares, avioncitos, trenes, amigos, compañeros de clase, historietas, momentos inolvidables, besos, viajes, lágrimas, la realidad.

La última imagen se apareció ante mí entrelazándose con mi propia cara sollozando ante ese mismo espejo que me devolvía a la realidad de un sueño. Ahora sí podía verme sollozando como un enano que no quería recibir esa última cucharada.

Una sombra apareció ante mí con una amplia sonrisa de oreja a oreja. Lo único que observé fueron sus labios y sus ojos rasgados coloreados frente al blanco y negro de su figura. Cogí su mano y entendí que todavía, no pudiera verla a ella en el espejo por mucho que la buscara, así que decidí dejar de observar entre realidades paralelas y la seguí sin entender nada.

En ese momento dejé encajada la puerta de aquel espejo y volví a cerrar los ojos para caminar.

En el sueño no sientes, no entiendes, pero despertarte y verlo todo, hace que le des diez mil vueltas a cada segundo vivido. Quizás reflexionar sobre sueños sea estúpido, quizás, ese sueño haya cambiado mi vida.

martes, 20 de julio de 2010

Mi espejo y mi ciudad.

Qué tendrá mi ciudad.

Algo me dice que puedo sentarme en cualquiera de sus esquinas y sentir que estaré eternamente atrapado por su encanto. El imán que desprende y mis ganas de salir adelante bajo sus murallas hacen que la conjunción de ambas cosas provoquen tremendos destrozos en mi cabeza.

No todos positivos, pero prefiero pensar en que cualquier muro temblará ante lo que llevo conmigo. Sin saber exactamente cómo reconstruiré todo lo que aparecerá ante mí, el verano será diferente. Ya lo está siendo.

Se jugar con los espacios vacíos, me muevo bien y se ocuparlos con la certeza necesaria como para no autodestruirme. Hasta ahí controlo mis movimientos.

La inclusión de nuevas ideas es lo que me desatina. Portugal está a la vuelta de la esquina y me muevo por sus ilusiones. Un fin de semana con un colofón final.

What i am gonna do.

Seguir adelante, pasear diariamente junto a las sombras que conviven conmigo, y digo bien fuerte, SOMBRAS QUE PREFIEREN SEGUIR MUDAS Y COHABITAR CON LA MENTIRA A RECONOCER SUS FALLOS.

Prefiero centrarme en mis propios ojos y en el reflejo que tendrán en unos días, porque el escudo ha desaparecido y gracias a ello, sabré qué mirada buscar cada segundo. Olvidaré las historias de los ojos anónimos que se pierden diariamente en mi ciudad para centrarme en ella y en todo lo que me regale.

Brilla.

lunes, 19 de julio de 2010

"The little things. They made me fall hard"



Cada palabra de esta canción hace que se me rompan todos los moldes. Me recuerda a Damien Rice.

La música un día me va a volver loco. Creo que necesito otra tarde eterna, sin móviles, sin personas, sin ambiente, solos yo y la música jugando con el tiempo hasta que la realidad me devuelva al sueño, a la vida o a lo que en ese momento el destino me califique de necesario.

"Somehow you out shattered my defense" too.

Despierto con esta frase. Otro día más. Mis defensas se rompen, la fuerza de mantener una promesa se fue haciendo añicos el resto de cualquier pensamiento.

El tú sigue dentro de mí. Ahora seguiré caminando hasta encontrar otra de estas canciones.