miércoles, 23 de junio de 2010

When u're mad

Despierto tras un zumbido. Waka, waka. Caen las murallas, todas. El golpe está muy cerca, la presión la siento, se va a cumplir lo que me dijeron hace tres o cuatro semanas. Al final, escribo.



Pienso en la locura que me atraviesa con cada pensamiento.

Me encanta mirar a las personas a la cara, me dicen demasiado más de lo que ellas piensan y no quiero pensar en las que están escondidas tras el humo.

Una vez, hace cuatro años, una persona me dijo que se asustó al encontrarse con mi mirada. Llevo cuatro años preguntándome dónde viajaré y sólo sabría responder que el inframundo me llama a cobro revertido.

Y sigo sonriendo por dentro, observando a mi alrededor, como una presa que no tiene más rival que uno mismo. Pero está rodeado. A pesar de no tener garras, se luchar demasiado bien sin saber lo que pasa a mi alrededor. Me doy cuenta, pero aguanto, casi sólo. El agujero se hace más grande y seguiré aguantando. Repito, algo pasa.

La puñalada cada vez está mas cerca, la huelo. T

Tiene sed y yo no voy a ser su cobaya. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, interminables los números que se repiten en mi cabeza tratando de desvalijar lo que no merece la pena. Confío en mi instinto y aunque la primera sensación sigue provocándome dudas, tengo un moscón demasiado grande detrás de la oreja. Sobrevuela constantemente.

No hay que involucrarse demasiado con las cosas. A veces ese alguien soy yo y muchas veces me ha costado salir de mi propio agujero, muchas veces me han ayudado y estoy super agradecido.

Ahora parece que muchos me quieren empujar. Tengo las espaldas anchas. Empujen, que mi otro yo sabe aguantar. Y el que rie el último, confirma que está loco, totalmente loco.

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