sábado, 6 de octubre de 2007

La sombra del viento


Me esperaba. Llevaba un tiempo escondido esperando a abrirme las puertas de su cementerio, de su intriga, de su fantasía. Entras y no puedes salir, sueñas maravillado con continuar y sigues soñando para que nunca acabe. Te autoreflejas en el mismo reluz y despiertas entre las mismas brumas que nublan cada distino y difuminado amanecer.

Estoy empezando a vivir.

Hoy ha sido ella la que ha parado el tiempo para mí, lo ha detenido entre caricias. Y lo recondujo hace un par de semanas cuando una frase salió centelleando de sus labios, fue algo así como el reencuentro con una sombra barcelonesa que siempre estuve .Un nombre sin identidad convertido en diablo. Un libro que enciende las llamas de la lectura.

La sombra del viento

Sigo estancado entre algún punto de cada párrafo escrito con la pluma de Victor Hugo, escucho un piano de fondo y llamo de portón en portón tres veces sin dudar. Equivoco calles con tal de perderme en las ramblas y sigo sin encontrar aquella bibloteca, ni aquel cementerio. Ya no puedo salir, su historia me persigue y me dejo alcanzar. Ansio un continuará, pero aunque algo tarde, yo ya he encontrado el primer libro, ese que nunca has de soltar, el que me pertenece.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

el deseo de encontrar lo que no se ha tenido,el placer añadido de su lectura, una historia creible en lo increible.

Ulla Ramírez dijo...

Gracias por tu comentario en mi blog, hace tiempo que no lo actualizo ni pongo ninguna foto y me ha sorprendido encontarme hoy tu mensajito.He visto algunos trabajos de Antonio Belzunce cuando empecé a interesarme por las imagenes digitales o arte visual, como le llaman algunos, pero no sabía que él tuviera un enlace a la mía. Un saludo.

Ulla Ramírez dijo...

puedes facilitarme la página de Belzunce donde viste mi enlace o la referencia a mi blog? gracias

Anónimo dijo...

"No deseo más en el mundo que seas feliz, que a todo a lo que aspiras se haga realidad y que, aunque me olvides con el tiempo, algún día llegues a comprender lo mucho que te quise". (pag. 171)

Una década de la sombra del viento***