Segundo extracto de Naia, el relato que algún día colgaré. Es otra parte escrita dentro del texto por el protagonista. Ahí lo dejo.
No distinguí el paisaje, no pude contemplar el cambio, la luna era la misma y apenas lo noté. Mi mirada se centraba en aquella forma que sobrevolaba el cielo y por mucho que entrara y saliera de millones de…a quién estoy engañando. Estaba asustado.
Alguien se entrometió en mis sueños y amenazó con quitarme lo único que tengo, la paz de aquel mundo. Una chica alocada, graciosa y listilla con melena rubia y ojos verdes apareció de la nada en medio de la noche para convencerme de que estaba soñando y de que ella estaba allí.
No entiendo nada. ¿Acaso ella también puede hacerlo? ¿Entró en mi sueño? ¿Soñé con otra persona en mi mundo? ¡Si no la había visto en mi vida!
“Te veo mañana, principito”. Tal cual, estas palabras salieron de sus labios ante mi indignación.
La chica amable que me saludo interfiriendo mi visión celestial, se transformó en un punto temporal de odio que no pude reprimir. A pesar de eso, le gustó mi camiseta de las calaveras.
Y después el gato negro. Maldito animal. Ese cascabel monótono y simplón me dejó sin aliento, sin voz. Era el punto de enlace de mi último sueño. ¿Quién es ella? ¿Qué coño hacía el gato allí?
Alguien cortaba mi libertad hasta en los sueños, un ente gatuno se introdujo en mi mente y apareció ayer, aparece hoy junto a una chica…quién aparecerá mañana, ¿mi abuela?
No, aparecerás tú otra vez, Naia.
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