sábado, 17 de julio de 2010

La rareza del humanoide

En una situación extraña el humanoide se plantea cuando ya está perdido, cómo ha llegado hasta allí.

Despierto un domingo desde las 07:29 de la mañana, me replanteo un par de cosas y desayuno. He dormido bien, un comienzo extraño para pensar que algo no va com debería.

Despego, doy cabezazos imaginarios contra la pared, no salgo mal parado y me levanto sin heridas porque de hecho, no me he dado ningún cabezazo.



El escudo es inapreciable y apenas puedo verlo por más que me acerque. De hecho creo que estoy tan cerca que podría robarlo y tirarlo al mar para tener que ir a recuperarlo una hermosa tarde de un domingo en septiembre. Pero prefiero observar cómo desde la distancia, se rompe por sí mismo al no poder aguantar el peso de tus pisadas.

La vida sigue a lo suyo, pasa, se detiene, vuelve a pasar y termina jodiendo a muchos otros para posteriormente golpearnos a nosotros mismos.

Sin levantarme de la cama, observo el futuro del día de hoy. No tiene mala pinta, disfrutemoslo sin pensar mucho.

El tiempo casi siempre tiene la última palabra, pero hay que saber guiarlo por el camino correcto.

Creo que de momento salgo vivo de todo esto y que comienzo a ver un resquicio de lo que necesito. Ahora sólo falta que la ventana haga ese ruido inapreciable al abrirse para poder darme cuenta de que de verdad se ha quedado abierta.

No hay comentarios: