jueves, 26 de agosto de 2010

SOMBRAS



El camino es la distancia que quieras recorrer.

Mirar el horizonte y no ver el final, ver el presente desde el punto en el que te encuentras y buscar el futuro sin ver más que luz y muchas, muchas nubes.

Soy yo, otra vez yo y mis sueños. Piso sin fuerzas las huellas de cualquier recuerdo pasado. Zancada continua, firme, sobria. La línea parpadeante que fija la carretera me señala el destino, pero apenas me permite respirar. Contemplo un espejo a lo lejos y cuanto más me acerco más estancado y borroso me veo en el reflejo. Me retraso lo suficiente como para no verlo, doy tres pasos a la derecha y cerrando los ojos, camino durante diez minutos (u horas) hasta creer superarlo.

"Busco los golpes para reconocer alguna parada del camino".

Palabras de un soñador empedernido que se perderá por callejuelas lúgubres llenas de amigos y enemigos dispuestos a todo.

Recupero el rumbo y avanzo impotente hacia aquel mundo sombrío que juega con la amabilidad de la soledad. Creo que todo esto lo tenía en la cabeza cuando me di cuenta que tenía los ojos cerrados.

Y te chocaste con el espejo.

Que se arriesgue a mostrarme una imagen de mi soledad, que morirá destrozado hasta que vuelva mañana a conciliar el sueño.

Y terminaré jugando con las sombras para poder caminar durante millones de sueños tranquilo.

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