domingo, 8 de agosto de 2010

Agua, agua. Agua.

Reactivando mis sentidos en casa. El exterior me asusta. Algo más sólo hasta que llegue la señal. Avisos, pero ningún ataque. Agua. Agua. Agua. Vuelvo a fallar.

Despertaré un día con algo bajo el brazo, hasta entonces, seguiré aguantando.

Añoro el olor de un amanecer tras conversar con la luna durante toda una noche. Solo, acompañado, como sea, tendré que probarlo cuando vuelva a tener madrugadas.

No hay comentarios: