Oleadas de sentidos se despliegan ante mí, llamando una y otra vez con el mismo tintineo a mi puerta. Tumbado, mal apostado en el sofá del salón, sonrío. Esa sensación de olvidar una película que amas y tener la conciencia de que la vas a disfrutar de nuevo como si fuera la primera vez. ESA SONRISA.
Creo que no me levanté a abrir, nunca sonó. Bajo el umbral de la concentración, caigo dormido.
Despierto en unas rocas, junto a un río. La impotencia me pide correr, saltar, dejar atrás mi voz. Agarro una piedra e imagino tirándola al otro lado del río. La guardo y vuelvo a sonreír. Saben que estoy aquí y sé que lo saben. No estoy preparado para cruzar el río, pero he empezado a construir el puente para así no salir del sueño y que sepas dónde estoy.
Sabes disipar la niebla que envuelven mis huidas, esa misma que a veces me deja sin verte. La paciencia me da la razón sin todavía conocerla, maldito placer inconexo, te odio, pero te necesito.
¿Acaso no puedes verme?
Sigo aquí, justo al lado del pulsador de la tecla 'niebla', que sigue encendido.
¿Cómo contabilizo la felicidad? Mediante recuerdos, sueños, ambiciones, momentos inolvidables, ilusiones.
¿Y mi orgullo? Posiblemente tomando conciencia de la gente que me rodea, porque gracias a ellos, me descubro como la persona que soy.
Mirar atrás, devolver el pensamiento al presente y contar cuántas veces he sido capaz de decir algo así a todos aquellos que comparten su vida conmigo, que la disfrutan, que se enorgullecen de tenerme cerca.
ESO. Te lo quiero transmitir. Quizás aquí lo escupa para tomar fuerzas y ser capaz de dejarlo vivo en algún sitio. Fibra debilitada, seguramente te lo vaya a decir. A ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti. Os lo quiero decir.
Digamos que es ilusión
Aire nuevo porque mantiene mi camino y lleva el tuyo hacia otro destino. Levanta cabrón, que no veas cómo te voy a echar de menos y no puedo parar de pensar qué narices va a ser de mí sin ti durante tantos meses. Es simple: días, meses, años, estos últimos cada vez más intensos, más nuestros, puros para disfrutar como lo hemos hecho.
Digamos que contagia
Todos agradecen que a cada minuto nos saques una jodida sonrisa y disfrutes la vida sin un mosqueo, sin un mal gesto. O cuidando en silencio del grupo, saneando nuestra amistad, valorando este jodido grupo con actos. No lo niegues, puto ángel de la guarda. Iré tras de ti cuando te llegue, porque lo que buscas te va a llegar y te lo mereces.
Digamos que lo necesita
Donde sea, cuando sea, siempre estamos aquí. Antes, durante, después, igual que hemos necesitado tu ayuda, búscanos, que para eso estamos. No te escondas o te obligaré a redescubrir todas las mierdas que nos han hecho grandes, porque lo somos, lo que hemos creado. Iré donde vayas, así que despierta, por favor, que eres un tío de puta madre que necesitamos, que necesito volver a tener cerca...y sabes que no pararé hasta volver a encontrarlo.
Digamos que sorprendes
La habilidad innata de estar siempre, ayudando, despierto, enchufado, cercano. O estás o estás. Liberas la energía que muchas veces necesitamos, siempre a todas horas. Olvido a veces que creo que eres uno de mis mejores amigos y cada día lo noto un poquito más, en cada detalle, en cada conversación, en cada muestra de apoyo y ofrecimiento en el día a día, gracias dog.
Digamos que sobrevives
Parece que estás sin estar, pero estás. Aprendemos a vivir épocas y todo gira, cambia, pero sé que siempre vas a estar ahí, que no estás perdido. Busques lo que busques, a la vuelta de la esquina seguimos vivos pedazo de mamón. Lío demasiado cuando en realidad siempre, desde que te conocí, has estado cerca de mí, a las buenas y a las malas. O acaso no sabes qué eres...
Digamos que transmites
No concibo verte sin una sonrisa, siempre atenta, comprensiva con los demás, luchadora y además con tanto coraje. Olvidar todas las conversaciones que hemos tenido sería imposible, esa confianza, que se mantiene en la distancia, sigue estando en mi día a día cada vez que mi cabeza da más vueltas de las necesarias y lo sabes. Entiende que unas palabras no cambian nada, sólo refuerzan el hecho de que seas un apoyo importante en mi vida y que sepas que igualmente, aunque ya vas en camino, aquí estoy para verte a ti disfrutar.
Digamos que valoras
Mi cabeza no para de darle vueltas a alguna de tus frases respecto a nuestro grupo de amigos, a la confianza que tienes, a lo cómoda que te sientes en él. Algunas ocasiones sonrío estando sólo pensando en aquello que un día dijiste y lo que te respondí. Rara vez salgo a gastar mi tiempo y mi dinero sin vosotros, por poco que tenga, me parece lo más sensato. Tantas vueltas a una tontería define nuestra relación, las ganas que tenemos de hacer cosas, no parar, que funcionen, que estemos bien, que todo cuadre. A veces es difícil encontrar a alguien que mire tanto por los demás y tú lo haces constantemente, algo que sabes y además quería y querré repetirte hasta la saciedad.
Digamos que estás
Gracias, por ser como eres. Una decisión no empaña tantos y tantos momentos. Ahora quizás sea difícil, pero tras un compás de espera, quiero seguir ahí para todo aquello que un amigo necesita a otro. Desde hace tiempo me conoces mejor que nadie y eso lo valoro muchísimo, porque te conozco y sé que me tienes en cuenta. Andas siempre luchando por mejorar los pequeños detalles para que todo funcione, en todos los sentidos y esa capacidad innata te llevará lejos, estoy convencido.
Digamos que vives
Esas ganas por comerte el mundo desde tu lugar, se notan mucho cuando las compartes con nosotros. Lo que desprendes podría entenderse como una mezcla de dulzura, empatía, inocencia...ganas de aprender, de morder el mundo, llegar. Obviamente es lo que recibo constantemente y eso es lo que dejas entrever en cada conversación, en cada detalle y me pareces una tía increíble por todo lo que luchas para empujarlo todo hacia adelante, algo que se transmite en el grupo.
Digamos que es rabia lo que siento escribiendo esto. Por no poder tener la capacidad de sentarme delante de ti y decírtelo, explicarte el por qué soy feliz de que estés por todo lo que te he dicho, en un círculo que cada vez entiendo como algo más importante en mi vida.
Siempre hay algo que hace click y se te clava. Esta noche me ha pasado y necesitaba dedicar horas pensando en vosotros. Dejo atrás a mucha gente, que están, que siempre estarán, que son importantísimos para mí, pero que si pudiera trazar un radar, todavía no está en ese rastro de confianza que tengo con vosotros.
Tengo la sensación de que este año va a ser diferente e igualmente grandioso, de que nos vamos a volver a necesitar como tantas otras veces y que para eso estamos ahí. Y no hace falta que lo diga para que nos demos cuenta, simplemente quiero gritarlo una y otra vez, estoy en ese estado de soltarlo todo, sí.
'Si el resultado es que escribas, ha salido hasta bien'. Sacar eso de una conversación, me hace más fuerte, me hace sentir que ese click es una tecla importante, que sea lo que sea, ha tocado mi umbral de la confianza para pensar en vosotros. Y joder, que sé que soy un puto coñazo con estas cosas, pero os quiero y es jodidamente difícil dar ese salto y os prometo que durante toda la noche que me ha acompañado, no he dejado de pensarlo, emocionado. Llamadme nenaza, pero ya lo sabéis, bitches.
Un guiño, una sonrisa, un chasquido. Ahora, al revés. Un chasquido, una sonrisa, un guiño. Así sí.
Sigo sin recuperar la mitad de lo que fui. Esa noche. Descuido ese segundo y me dejo llevar por los vaivenes de la orilla, oscura, maltratada, intimidada por lo que empiezo a susurrarle. El agua se estremece. Dudo. El cielo, rojizo, me aleja de la realidad. Debería morir viendo esto, me quedo. Pero no porque lo merezca o crea, sino porque cierra el círculo.
Engaño al impulso que dentro de mí me empuja a sentir y lo obligo a gritar hasta escucharlo. Quiero debatir con él. Sólo escucho olas. Cierro los ojos, lo mando a la mierda, respiro, lo olvido, silencio ese tirón, grito, GRITO, empiezo a hablar, me escucho, dejo de sentir.
La lucha por entender un significado que te supera, que no controlas, que arde...me reconforta y me altera. Vuelvo a sonreír al tiempo que de reojo, busco el color del cielo para corroborar la realidad de mi literatura. Me abrazan, abrazo, me pierdo entre las olas. Vuelvo a morir. Soy débil, he forjado mal esa capa y necesito sentir más allá de lo que especifica en el contrato.
Alguien te da algo para evitar el miedo. Pero ya gasté esa opción en ponerme un bañador para sumergirme en las olas, sólo, en silencio, perdido en la noche. Quizás no estaba sólo. Quizás no lo recuerde. Quizás no lo olvide. Quizás no se repita. Quizás siga allí todavía. Quizás no sea nada más que un mensaje vacío dentro de una botella.
Pero alguien ha comprado esa botella, ha cogido un papel, ha dejado de lado su tiempo para meterle un papel y llevarla al agua sin haber escrito nada. Y yo quiero entenderlo antes de disfrutar del tiempo que otro me ha regalado. Y egoísta de mí, sólo pensando en cerrar un círculo que ni siquiera ha comenzado. Y a la decimonovena vez que vuelvo el papel para comprobar que no hay nada escrito, lo entiendo. Yo soy ese maldito papel arrugado que tengo en mis manos.
No tengo con qué escribir. No sé igualmente qué escribiría, pero ese vacío lo voy a guardar hasta poder devolver al agua unas líneas. Sentado, frente al mar, me levanto por primera vez para volverme y empezar a andar. Dejo la botella, guardo el papel en blanco y me preparo para alguna derrota más antes se volver a luchar.
Sonrío, te busco. No estás. Nunca has estado porque no sé quién eres, pero gracias por dejarte seducir por mi mente para dejar ese papel en blanco.
A veces es una canción lo que te hace despertar. Ahora no puedo escapar.
La letra te atrapa, las haces tuya, la cambias en tu cabeza, despegas ante mil significados en cada una de sus frases.
Y atado estoy.
"Cuando tus sueños han caído - Quiero esconder la verdad - quiero protegerte - No te acerques tanto - está oscuro aquí - Creo que es cosa del destino - Quiero guardar tu luz"
When the days are cold And the cards all fold And the saints we see Are all made of gold
When your dreams all fail And the ones we hail Are the worst of all And the blood's run stale
I want to hide the truth I want to shelter you But with the beast inside There’s nowhere we can hide
No matter what we breed We still are made of greed This is my kingdom come This is my kingdom come
When you feel my heat Look into my eyes It’s where my demons hide It’s where my demons hide Don’t get too close It’s dark inside It’s where my demons hide It’s where my demons hide
When the curtain’s call Is the last of all When the lights fade out All the sinners crawl
So they dug your grave And the masquerade will come calling out At the mess you made
Don’t want to let you down But I am hell bound Though this is all for you Don’t want to hide the truth
No matter what we breed We still are made of greed This is my kingdom come This is my kingdom come
When you feel my heat Look into my eyes It’s where my demons hide It’s where my demons hide Don’t get too close It’s dark inside It’s where my demons hide It’s where my demons hide
They say it's what you make I say it's up to fate It's woven in my soul I need to let you go
Your eyes, they shine so bright I want to save their light I can't escape this now Unless you show me how
When you feel my heat Look into my eyes It’s where my demons hide It’s where my demons hide Don’t get too close It’s dark inside It’s where my demons hide It’s where my demons hide
Puedo querer. Quiero saber, maldito punto inconexo. El error de lo que no has hecho se funde con el placer que ahora te pierde.
La respuesta me devuelve a las interminables madrugadas repletas de secretos que desafían al sueño.
Cuándo sentir, cómo hacerlo, en qué momento te dejas tocar por ese golpe inoportuno que nunca avisa, que te despierta de cualquier siesta.
Mi deseo lo escondo bajo la arena para así poder dormir bajo mis palabras. Seguro que saben despertarme, no soy más de lo que provoca una sonrisa junto a mí.
Decenas. cientos, miles, millones, decenas de millones, billones de partículas de rocas disgregadas.
Arena. Bajo ella la casuística toma forma, traduce pensamientos y sueños en horizontes palpables, reales a la vista de todo aquel que se deje llevar. El azar me cuida, me mima inexorablemente, sin preguntas. Creo que le gusto. Miro a mi alrededor y ha jugado conmigo para regalarme sonrisas (gracias por esa caída).
Veo crecer día tras día la posibilidad de una vida difícil en el que la felicidad ocupa gran parte del mosaico. Así es fácil aprender, sonreír, sorprender, levantarte, escribir de forma pedante y ser consciente de que es precisamente eso lo que quieres contar.
Y eso me lo ha devuelto la arena. La línea temporal la marca el día a día, una corriente que me devuelve lo que le doy. Pero si un par de días trastoco el mundo para jugar con el azar y me regala todo lo que envuelven las millones de partículas de rocas disgregadas, me enamoro. Dejarse llevar por esa corriente alternativa, no es más que ceder al impulso de las miradas que compartes y descubrir todas las que pueden hacerlo te demuestra que todos los días puedes sonreír gracias a alguien diferente.
Esa madrugada sigue eterna, viva, impasible ante mis pasos. Me sigue eligiendo y yo sigo jugando. Y quiero más. Las horas del día me dejan exprimir su significado, vosotros me mantenéis vivo, hacéis que todo tenga sentido, que la amistad no sea una banalidad que se desprestigia en disputas.
Ando enamorado de sensaciones, de la vida, de saber que necesito estrujar ese minutero. El dónde me lo ha regalado la playa, pero está acompañado del quién. Sin nombres propios, sabéis que si leéis esto algún día, una simple sonrisa me regala horas de escritura, de recuerdos, de vivencias, de revelaciones casuales que este finde me han insuflado si cabe, algo más de aire puro.
La vida es conocer que puedes, saber que quieres, responder y gritar qué eres, qué sientes, qué quieres sentir. Entre todo ese tumulto, escucho vuestras voces, las que acompañan estas palabras durante toda una vida.
Unas suenan algo más altas, otras se esfuman en la madrugada de una playa. Junto a todo ello, sueños que nunca entiendes, justo al lado de esas sensaciones que no sabes explicar, debajo de las ganas de morder, escondido tras un pellizco, abandonado en una sonrisa, siempre pendiente de un eterno paseo en la madrugada.
Esa de querer destrozar el teclado a impulsos para trazar una línea y descifrar las palabras escritas para convertirlas en una historia, en respuestas.