lunes, 9 de septiembre de 2013

Digamos que es rabia

¿Cómo contabilizo la felicidad? Mediante recuerdos, sueños, ambiciones, momentos inolvidables, ilusiones. 

¿Y mi orgullo? Posiblemente tomando conciencia de la gente que me rodea, porque gracias a ellos, me descubro como la persona que soy.

Mirar atrás, devolver el pensamiento al presente y contar cuántas veces he sido capaz de decir algo así a todos aquellos que comparten su vida conmigo, que la disfrutan, que se enorgullecen de tenerme cerca.

ESO. Te lo quiero transmitir. Quizás aquí lo escupa para tomar fuerzas y ser capaz de dejarlo vivo en algún sitio. Fibra debilitada, seguramente te lo vaya a decir. A ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti, a ti. Os lo quiero decir.



Digamos que es ilusión

Aire nuevo porque mantiene mi camino y lleva el tuyo hacia otro destino. Levanta cabrón, que no veas cómo te voy a echar de menos y no puedo parar de pensar qué narices va a ser de mí sin ti durante tantos meses. Es simple: días, meses, años, estos últimos cada vez más intensos, más nuestros, puros para disfrutar como lo hemos hecho.

Digamos que contagia

Todos agradecen que a cada minuto nos saques una jodida sonrisa y disfrutes la vida sin un mosqueo, sin un mal gesto. O cuidando en silencio del grupo, saneando nuestra amistad, valorando este jodido grupo con actos. No lo niegues, puto ángel de la guarda. Iré tras de ti cuando te llegue, porque lo que buscas te va a llegar y te lo mereces.

Digamos que lo necesita

Donde sea, cuando sea, siempre estamos aquí. Antes, durante, después, igual que hemos necesitado tu ayuda, búscanos, que para eso estamos. No te escondas o te obligaré a redescubrir todas las mierdas que nos han hecho grandes, porque lo somos, lo que hemos creado. Iré donde vayas, así que despierta, por favor, que eres un tío de puta madre que necesitamos, que necesito volver a tener cerca...y sabes que no pararé hasta volver a encontrarlo.

Digamos que sorprendes

La habilidad innata de estar siempre, ayudando, despierto, enchufado, cercano. O estás o estás. Liberas la energía que muchas veces necesitamos, siempre a todas horas. Olvido a veces que creo que eres uno de mis mejores amigos y cada día lo noto un poquito más, en cada detalle, en cada conversación, en cada muestra de apoyo y ofrecimiento en el día a día, gracias dog.

Digamos que sobrevives

Parece que estás sin estar, pero estás. Aprendemos a vivir épocas y todo gira, cambia, pero sé que siempre vas a estar ahí, que no estás perdido. Busques lo que busques, a la vuelta de la esquina seguimos vivos pedazo de mamón. Lío demasiado cuando en realidad siempre, desde que te conocí, has estado cerca de mí, a las buenas y a las malas. O acaso no sabes qué eres...

Digamos que transmites

No concibo verte sin una sonrisa, siempre atenta, comprensiva con los demás, luchadora y además con tanto coraje. Olvidar todas las conversaciones que hemos tenido sería imposible, esa confianza, que se mantiene en la distancia, sigue estando en mi día a día cada vez que mi cabeza da más vueltas de las necesarias y lo sabes. Entiende que unas palabras no cambian nada, sólo refuerzan el hecho de que seas un apoyo importante en mi vida y que sepas que igualmente, aunque ya vas en camino, aquí estoy para verte a ti disfrutar.

Digamos que valoras

Mi cabeza no para de darle vueltas a alguna de tus frases respecto a nuestro grupo de amigos, a la confianza que tienes, a lo cómoda que te sientes en él. Algunas ocasiones sonrío estando sólo pensando en aquello que un día dijiste y lo que te respondí. Rara vez salgo a gastar mi tiempo y mi dinero sin vosotros, por poco que tenga, me parece lo más sensato. Tantas vueltas a una tontería define nuestra relación, las ganas que tenemos de hacer cosas, no parar, que funcionen, que estemos bien, que todo cuadre. A veces es difícil encontrar a alguien que mire tanto por los demás y tú lo haces constantemente, algo que sabes y además quería y querré repetirte hasta la saciedad.

Digamos que estás

Gracias, por ser como eres. Una decisión no empaña tantos y tantos momentos. Ahora quizás sea difícil, pero tras un compás de espera, quiero seguir ahí para todo aquello que un amigo necesita a otro. Desde hace tiempo me conoces mejor que nadie y eso lo valoro muchísimo, porque te conozco y sé que me tienes en cuenta. Andas siempre luchando por mejorar los pequeños detalles para que todo funcione, en todos los sentidos y esa capacidad innata te llevará lejos, estoy convencido.

Digamos que vives

Esas ganas por comerte el mundo desde tu lugar, se notan mucho cuando las compartes con nosotros. Lo que desprendes podría entenderse como una mezcla de dulzura, empatía, inocencia...ganas de aprender, de morder el mundo, llegar. Obviamente es lo que recibo constantemente y eso es lo que dejas entrever en cada conversación, en cada detalle y me pareces una tía increíble por todo lo que luchas para empujarlo todo hacia adelante, algo que se transmite en el grupo.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Digamos que es rabia lo que siento escribiendo esto. Por no poder tener la capacidad de sentarme delante de ti y decírtelo, explicarte el por qué soy feliz de que estés por todo lo que te he dicho, en un círculo que cada vez entiendo como algo más importante en mi vida. 

Siempre hay algo que hace click y se te clava. Esta noche me ha pasado y necesitaba dedicar horas pensando en vosotros. Dejo atrás a mucha gente, que están, que siempre estarán, que son importantísimos para mí, pero que si pudiera trazar un radar, todavía no está en ese rastro de confianza que tengo con vosotros.

Tengo la sensación de que este año va a ser diferente e igualmente grandioso, de que nos vamos a volver a necesitar como tantas otras veces y que para eso estamos ahí. Y no hace falta que lo diga para que nos demos cuenta, simplemente quiero gritarlo una y otra vez, estoy en ese estado de soltarlo todo, sí.

'Si el resultado es que escribas, ha salido hasta bien'. Sacar eso de una conversación, me hace más fuerte, me hace sentir que ese click es una tecla importante, que sea lo que sea, ha tocado mi umbral de la confianza para pensar en vosotros. Y joder, que sé que soy un puto coñazo con estas cosas, pero os quiero y es jodidamente difícil dar ese salto y os prometo que durante toda la noche que me ha acompañado, no he dejado de pensarlo, emocionado. Llamadme nenaza, pero ya lo sabéis, bitches.

1 comentario:

Alex dijo...

Luego te cojo y te doy una paliza. ;)