Tenía que chocarme de frente para darme cuenta de lo que necesitaba. La radio ha vuelto a mí como un impulso de un sueño que no consigo recordar. Frío, raro y emocionante.
Ganas de soledad inusitada, de cientos de horas en autobuses pensando en una sola ilusión, mi futuro. Tantas y tantas vueltas para acabar en el puesto de salida. Convencido sigo de mi invisibilidad. Pero no reniego. Lucho para que la lucecita siga brillando, a pesar de que dejarse llevar puede traer consecuencias.
Los secretos de madrugada se acabarían convirtiendo en diario de un madrugador. La razón sigue del revés y prefiero dejarla de lado para convencerme a mí mismo de que ilusionarse es una gilipollez. Luchar y confiar en que tengo la capacidad suficiente como para salir de la pecera y pintarme de luces reflectantes. Sheldon, qué idea me diste colega.
"Parar, respirar y sentarme en mitad del camino"
Yo prefiero respirar, contemplar el camino que me queda y seguir paseando sin pensar en cómo voy a llegar al final, porque nunca intentaría parar.
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