Me encuentro en un punto sin nombre. Diría que perdido, incluso maltratado por mi propia mente. La música me evade, todos los días, de todo lo que me rodea, de una manera u otra. No hay realidad ahora mismo, sólo la fantasía vagabundea en mi cabeza, de un lado a otro, dándome ideas para no sé...
Una calle, música y mi propia figura caminando lentamente hacia ese infinito sin destino. Ahora me veo, en esa carrera de fondo, sin fin. La música es tan o más importante que las palabras.
Diferencio acordes en las paredes, pero sólo estoy yo, recreando mis propias pisadas, una y otra vez, mirando atrás. Nada, nadie. Sólo música. La sonrisa me llama, la escondo dentro, sigo caminando, sigo sin ver nada, creo que soy feliz así. Será la fantasía que no quiere que me reconcilie con el mundo. No quiero tener dos mundos equiparados. Me encanta mi fantasía, me encanta esa calle, caminarla, disfrutar en ella, cerrar los ojos para sumergirme en mi Zanarkand, joder qué bien queda. Habrá que luchar en la realidad con mi otro yo para cambiar esa historia, porque sería muy aburrido tener dos vidas calcadas. Life.
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